jueves, 18 de abril de 2013

La cabeza del profesor Dowell



¿Quién dijo que los escritores rusos sólo escribían enormes "ladrillos" donde los protagonistas se enfrentaban a su tedioso destino en polvorientos caminos llenos de sufrimiento? ¿Quién dijo que la carga social y personal de sus novelas puede llegar a aburrir al más pintado?

Otro día trataremos este tema. A parte de que estas opiniones son muy discutibles (incluso inciertas) y ahora no vienen al caso, nos centraremos en esta novela.

Para hacerte tomar interés en esta ingeniosa novela, te contaré que un extraordinario científico, dedicado al trasplante de órganos durante gran parte de su vida, últimamente dirige sus estudios a la reanimación de cuerpos muertos. Además para el desarrollo de sus misteriosos experimentos se vale de la cabeza (viviente aunque separada de su cuerpo) de su ilustre mentor... Y para darle un toquecito de ingenio y genio a la historia una joven, diligente, íntegra y justiciera médica entra al servicio de este reputado y, cuando menos, extravagante científico.

Añadamos a este enloquecido escrito ensayos y pruebas fuera de toda ética, un sanatorio mental carcelario con una profesionalidad infernal y algunas buenas salpicaduras de humor negro e ironía... y obtendremos una novela de aventuras ágil, entretenida e ingeniosa.

Sin duda la editorial Alba ha sacado a la luz en su colección rara avis un buen filón de diamantes gracias estos clásicos de la ciencia ficción rusa.

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