lunes, 11 de febrero de 2013

EL LIBRO COMO HERRAMIENTA DE SEDUCCIÓN: LO ESTÁS HACIENDO MAL…


¿Así que la has visto varias veces a la misma hora, en la misma cafetería, siempre con un libro abierto entre sus manos y una taza de café semi-olvidada a su lado? Y naturalmente has pensado que si te sientas donde no pueda evitar fijarse en lo concentrado que tú también estás en una apasionante lectura, conseguirás encontrar la manera de empezar una conversación con ella.
Y dado que te gustaría que creyera que eres un hombre sensible aunque con espíritu viajero y aventurero e intereses tan amplios como variados, te has comprado una antología bilingüe de poesía transilvana. Pero:

- Tardas bastante tiempo en descubrir que tu libro no está escrito únicamente en transilvano, sino que lo habías cogido al revés. Esperas que ella no se haya dado cuenta… aunque se ha cubierto la boca con la mano y... ¿estará ocultando una sonrisa?

- Los poemas ni riman ni tienen la más mínima intención de hacerlo. Quizás sea culpa de la traducción. Tampoco hablan de temas románticos, hermosos o que tengan ningún sentido. La expresión de perplejidad en tu rostro es demasiado evidente, llevas varios minutos mirando la misma página y ¡definitivamente ella está sonriendo! ¿Habrá llegado a una parte especialmente divertida de su novela?

- Consigues atraer su atención, sin ninguna duda y junto a las del resto de los presentes, cuando estás a punto de quedarte dormido, das una cabezada, el libro se te escurre entre los dedos y golpea el suelo con un chasquido desproporcionadamente ruidoso. Su sonrisa no podría ser más amplia y tú, a falta de nada mejor que hacer, te dedicas a sonrojarte y desear morir...

… ¿habrá un final feliz?

Tengas una relación buena, mala o distante con el niño rubio de las alitas y las flechas, en cualquier momento del año podrás disfrutar y mucho con un buen libro… ¡pues claro que leyéndolo!, ¿en qué estabas pensado?

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