En apenas 100 páginas han conseguido que afloren en mí sentimientos muy felinos, han hecho que se me erice el pelo, que se me tensen los bigotes, que saque las uñas y que ronronee durante toda la lectura.
El paraíso de los gatos, escrito por Émile Zola, nos habla del eterno dilema entre libertad y comodidad que todos los felinos padecemos. Las ilustraciones de Ana Juan consiguen introducirte en la historia por completo, hasta el punto de que en la página 16 he tenido que sacar mis uñas.
El gato de Dick Baker, escrito por Mark Twain, nos explica claramente la inteligencia de los felinos frente a la ignorancia e incompetencia de los humanos en una curiosa historia de un gato minero. Acompañado por las ilustraciones de Elena Ferrándiz consigue trasmitir sensibilidad en cada trazo y me ha puesto los bigotes de punta cuando en la página 36 ilustra lo que le ocurre al pobre Tom Cuarzo.
El gato que andaba solo, escrito por Rudyar Kipling, explica por qué los gatos somos los únicos animales domésticos sin domesticar y cómo el resto de animales se han dejado engañar. Adolfo Serra con sus ilustraciones exquisitas ha sabido plasmar completamente la elegancia de los felinos. En las páginas 68 y 69 me invadió un ronroneo...
Y por último Tobermory, escrito por Saki, que de nuevo nos demuestra que la inteligencia gatuna no tiene comparación con la humana y que cuando eres gato puede ser muy peligroso hablar en público... Javier Olivares ha hecho que se me erice el pelo, sobre todo en las páginas 100 y 101 en las que plasma fabulosamente las facciones humanas y llegan, incluso, a dar miedo.
Sin duda un fantástico libro muy cuidado que hará que tanto humanos como felinos disfrutemos de su lectura. Muchas gracias a los autores por escribir estas maravillas, a los ilustradores por hacer que nos introduzcamos aún más en las historias y a Nórdicalibros por editarlo con tanto mimo y ronroneo.
Le doy las gracias por recomendarme esta maravillosa lectura a Isabel Benito, una humana que, a pesar de serlo, cuenta cuentos fenomenalmente bien y que con solo abrir la boca ya te produce un ronroneo. Debe ser una brujimugrosa.
Miau, miau, saludos gatunos y felices lecturas.
Firmado. .
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