viernes, 22 de noviembre de 2013

Esta noche arderá el cielo

¡Qué argumento tan atrayente!, pensé cuando llegó a mis manos este libro. ¡Justo ahora que me apetece desconectar de todo leyendo algo de aventuras salpicado con algo de ciencia ficción!
Una pareja de moteros desencantados del mundo (y algo antisociales) que recorren a lomos de sus monturas una serpenteante carretera (que no lleva a ninguna parte) entre los frondosos bosques canadienses. Un pequeño grupo de indios cree que vive al margen de la ley entre el contrabandeo, ancestrales tradiciones y terribles leyendas, en las que campa a sus anchas el wendigo. Unos inocentes astrónomos  aficionados (padre e hijo pre-adolescente) fotografiando los limpios cielos canadienses. Y todo ello en una noche de pesadilla con una misteriosa amenaza biológica rondando encima de sus cabezas como la espada de Damocles.
Vamos, un western en la época actual.
Hasta aquí todo estupendo... Pero a pesar del llamativo argumento y de los simpáticos guiños que pueblan algunas de sus páginas... la novela me ha resultado tediosa. Con un lenguaje aserrado, áspero en su expresión, me parece demasiado... ¿experimental? Me ha dado la sensación de ver una película de serie B. Claramente mejorable. Siendo generoso, de 4 sobre 10. Una pena.


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