Hace unos cuantos años, mi esposa y yo viajamos unas semanas a California. Pudimos contemplar anonadados la majestuosidad de los pináculos de Yosemite, caminar hacia las preciosas cascadas que pueblan el parque y extasiarnos con el paisaje inmenso e interminable. La entrada del valle estaba bastante civilizada, con tiendas, aparcamientos y zonas de acampada, pero con solo caminar un par de horas podíamos perdernos unos cuantos días en la naturaleza más salvaje y asilvestrada. Y es que esos parques de Estados Unidos son algo "a lo bestia" como todo lo americano. cuando regresamos a España, todo nos parecía de "juguete" pequeño, en miniatura.Es una "suerte" que estas montañas no estén en España, porque si así fuera, ya habrían recalificado el terreno, se habrían perpetrado unos cuantos pelotazos y todo lo habrían convertido en suelo edificable con "preciosas vistas al monte", y podríamos ser testigos de cómo serpentean hileras interminables de adosados roturando las faldas de la montaña.
Pero centremonos en la pura literatura: Esa sensación de inabarcabilidad es lo que te deja esta paisajística novela de Ivan Doig, un americano profundo, de su tierra. Un hombre que ha vivido al aire libre y describe con todo lujo de detalles cómo era la vida de un guarda forestal en un parque de Montana, un parque ficticio, pero que podría ser cualquiera de los que se conservan en aquel país que es un mundo en sí mismo.
Grandes toques de humor jalonan la narración, donde nos adentramos en la historia de Jick, un chico de 14 años, hijo de ese guarda forestal. Por la novela desfilan personajes anclados a la silla de montar, cowboys, pastores, agentes del gobierno, etc... en una época, 1930, en la que el hombre iba ganando terreno a la naturaleza, pero en convivencia y respeto por el agreste horizonte que se encontraban esos colonos cada mañana.
http://www.oletum.com/libro/verano-en-english-creek-trilogia-de-montana-1_421081
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