EL DÍA DE LA MADRE SE ACERCA...

Existen tres fases bien diferenciadas en la vida de todo hijo y su actitud ante el día dedicado a la mujer que lo trajo al mundo:

- Durante la infancia resultaría sencillo conseguir el dinero (es decir, conseguir que papá pague) para un buen regalo, pero las ideas que se le ocurren a un niño no son precisamente prácticas ni realizables en este planeta y por lo tanto la madre acabará recibiendo un ramo de flores y un cenicero de plastilina hecho en el colegio, contradiciendo todas las normas de seguridad y sentido común.

- Un adolescente puede llegar a desarrollar algo parecido a un criterio y conseguir ver a su madre como a una persona y no una reina extraterrestre o una bruja malvada, pero no podrá permitirse pagar el regalo que le gustaría comprarle. Además, su padre habrá olvidado completamente lo que era tener esa edad y esperará que su hijo ahorre parte de la propina recibida durante los últimos doce meses. Todo esto significa que la madre en cuestión recibirá un vapuleado ramo de flores sospechosamente parecidas a las que la crecían en las macetas de la vecina.

- A un adulto emancipado y económicamente independiente le resulta difícil encontrar el tiempo necesario para buscar el regalo perfecto para su madre, así que cada año se promete a sí mismo que es la última vez que le compra un simple ramo de flores acompañado por una postal con la foto de un gatito y una frase cursi y/o jocosa, que le entrega un estudiante universitario trabajando a media jornada (y que se está quedando con una flor de cada ramo para regalárselas a su madre).

En cualquier caso y momento, por tu cuenta o aliándote con tu padre y tus hermanos, podrías echar un vistazo a la estantería en la que tu madre coloca sus libros, y en la que habría muchos más SI RECOGIERAS LA MESA DE VEZ EN CUANDO Y FREGARAS LOS PLATOS Y LA MUJER TUVIERA ALGO DE TIEMPO PARA SÍ MISMA, y con esa información entrar en una librería…

(Psst, psst, por cierto y por si no te habías dado cuenta, el Día de la Madre es el próximo domingo. De nada.)