jueves, 29 de agosto de 2013

Dispara, yo ya estoy muerto

Por fin he terminado la esperada nueva novela de Julia Navarro. Tremenda novela. Y no sólo por su tamaño (buff) sino por el objetivo de su temática: ofrecer algo de luz en el origen del conflicto árabe-israelí.
Para ello nos narra, desde finales del siglo XIX hasta la formación del estado de Israel en 1948, la vida cotidiana de varias generaciones de dos familias, una judía y otra árabe, muy unidas en lo personal pero que siempre estuvieron a merced de los devenires históricos. 
Realmente no es una novela propiamente dicha. Es una serie de novelas tan relacionadas e imbricadas entre si que funcionan como un engranaje bien engrasado protagonizadas por personas de varias generaciones que viven, se respetan y conviven sin importarles sus creencias hasta que van surgiendo intereses superiores que los manejan como marionetas en busca de su beneficio: turcos, británicos, franceses, príncipes árabes y magnates judíos ponen sus granitos de arena (o piedras) en el camino del entendimiento y sembrando la sinrazón. La historia está plagada de sorpresas y de algunos pasajes verdaderamente emotivos en los que personajes históricos reales se mezclan con los inventados en ciudades como San Petersburgo, Varsovia, París, Jerusalem... y donde se reflejan acontecimientos que marcaron el pasado siglo como la represión zarista y posteriormente la comunista a los judíos en Rusia, los primeros asentamientos en la zona Palestina, la convivencia en esta tierra y posteriormente el deterioro de la misma, la persecución nazi... Vamos, una pequeña y entretenida lección de historia.
Esta novela va a ser un éxito, no puede ser de otra forma. Si disfrutaste (y sufriste) con Dime quién soy éste es tu libro. Amistad, amor, desamor, honor, sacrificio, sufrimiento, esfuerzo, extremismo político y religioso, traición, corrupción, odio, ilusiones... todo cabe en este libro. Garantizado.

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