miércoles, 18 de septiembre de 2013

Besos de arena


Qué dramón. No nos vamos a engañar, la historia de Besos de arena es un tanto dramática pero me enganchó desde el primer momento. Su protagonista es Laia, una joven saharaui que llega a España gracias al programa "Vacaciones de Paz". Como ella, cada verano decenas de niños saharauis abandonan los campamentos de refugiados y son acogidos por familias españolas. En su caso y debido a unos problemas médicos, consigue quedarse en Huesca... un tiempo. Su otra familia, la del desierto, regresa años más tarde para llevarla de vuelta a Dajla.

A partir de ese cambio de rumbo inesperado, la tensión y la complejidad del relato aumentan hasta el desenlace: encuentros con amigos del pasado, historias de amor paralelas, viajes por el peligrosísimo Sahara... Y, además, una dosis de crítica hacia la actitud de España y de Marruecos durante los últimos treinta años y otra de defensa ante el abandono político que sufre el pueblo saharaui y que la ayuda humanitaria trata de paliar.

Desgraciadamente, la historia de Laia podría no ser ficción. Ayer mismo se produjo en Ceuta la mayor llegada de inmigrantes a nado en un solo día y hoy hemos visto a varios centenares de subsaharianos saltando la valla fronteriza. Jóvenes que arriesgan sus vidas en busca de un trabajo, de un futuro mejor o, como ella, de libertad. A veces no somos conscientes de la suerte que tenemos incluso en estos tiempos de crisis omnipresente.

Besos de arena remueve el corazón y la conciencia. Os lo recomiendo.

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