domingo, 20 de octubre de 2013

Cuando los criados cobran protagonismo...



Nota de la autora:
Los personajes principales de Las sombras de Longbourn son presencias fantasmales en Orgullo y Prejuicio: existen únicamente para servir a la familia y a la narración.   Entregan cartas y conducen carruajes; hacen recados cuando nadie más se atrevería a salir a la calle.   Pero -al menos para mí- son también personas.
Las sombras de Longbourn dirige la mirada hacia el pasado de estos personajes y hacia la suerte que les deparó el destino más allá del final feliz de Orgullo y Prejuicio; pero, en los puntos en que ambos libros se solapan, los acontecimientos de mi novela guardan una correspondencia directa con la de Jane Austen.
Cuando se sirve una comida en Orgullo y Prejuicio, ese banquete se ha cocinado en Las sombras de Longbourn.   Cuando las hijas de los Bennet entran en un baile en la novela de Austen, el carruaje se queda fuera esperando en esta...

Así que como podréis comprobar, en esta novela nos encontraremos criados, doncellas y lacayos con nombre propio y auténticos protagonistas de esta novela, como lo fueron de sus propias vidas...
Espero que disfrutéis de este nuevo punto de vista!!

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